Ha Golpes ya deberíamos haber aprendido

Un golpe de Estado es la toma del poder político de un modo violento por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado. El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue secuestrado por un grupo de militares y trasladado a Costa Rica, en una jornada en la cual se iba a realizar una consulta para reformar la Constitución, que fue suspendida por la Corte suprema de Justicia, Zelaya pretendía obtener una reforma constitucional que le permitiera presentarse para un segundo mandato de cuatro años, luego de asumir la presidencia en enero de 2006. El Congreso hondureño aprobó por unanimidad la destitución del presidente, tras leer una supuesta carta de renuncia que fue desmentida por Zelaya. El presidente del Parlamento, Roberto Micheletti, prestó juramento como nuevo gobernante del país y decretó un toque de queda. Las elecciones generales estaban previstas para el 29 de noviembre. No es un golpe, sino que es otro golpe mas a las democracias latinoamericanas, siempre es el poder que defenestra al poder, pero para esto se inventó la democracia, para que el poder no pase por encima de las leyes, de la constitución y por eso siempre es el pueblo el que debe salir a defenderla frente a los golpes que de el poder económico, eclesiástico, militar, o cualquier grupo de presión que atente contra el gobierno legítimo, porque el pueblo es el que tiene la última palabra, es el que en definitiva acepta o no el statu quo, y es el que debe respetar y hacer respetar las instituciones, cambiando lo que deba ser cambiado pero a través de los procesos que indica la ley, pero nunca la fuerza.

Pablo Martín Gallero

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