Coparticipación
En el art. 75 inc.2 de la Constitución Nacional establece tareas para el Congreso: “Imponer contribuciones indirectas como facultad concurrente con las provincias. Imponer contribuciones directas, por tiempo determinado, proporcionalmente iguales en todo el territorio de la Nación, siempre que la defensa, seguridad común y bien general del Estado lo exijan. Las contribuciones previstas en este inciso, con excepción de la parte o el total de las que tengan asignación específica, son coparticipables. Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando la automaticidad en la remisión de los fondos…” Poco de esto se cumple, ya que no hay una ley convenio definitiva, con la agravante que en las cláusulas transitorias de la constitución de 1994 se estableció un plazo límite para que las provincias y el congreso acordaran y sancionaran esa ley convenio. En cambio lo que se sigue haciendo es un remiendo anual en virtud del cual se prorrogan normas que establecen una distribución entre la nación y las provincias y luego entre las provincias entre si que viene de antaño. Esta demora en sancionar la ley de coparticipación definitiva responde a la gran dificultad para ponerse de acuerdo de cuanto retendrá la Nación a las provincias y de que las provincias acuerden como debe ser el reparto. En algunas a aumentado mucho la población, en otras la pobreza, en otras hay un índice de salud mas precario, en otras se necesitan mas escuelas. Al gobierno federal le conviene que las provincias reciban por izquierda lo que no reciben por derecha con los aportes del tesoro nacional, con los aportes del gobierno federal a las provincias con los municipios. Esto opera discrecionalmente sobre todo con la ley de súper poderes que permite redistribuir los fondos del presupuesto Nacional por simple decisión del jefe de gabinete o del presidente de la república, lo que se presta a favoritismos. La ley Nacional sobre el Coparticipación sigue siendo una asignatura pendiente, pero para esto hay que superar los oportunismos y las mezquindades. A los gobernadores se les hace más fácil mendigar a la canilla del gobierno federal que recaudar fondos por derecho propio con sus potestades impositivas, ya que esto pareciera manchar la imagen electoral. Argentina tiene buenos planos diría un arquitecto, lo que falta es buenos obreros.
Pablo Martín Gallero
Pablo Martín Gallero
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