Todo preso es político...
El experimento de la cárcel de Stanford fue un estudio psicológico (Ver película Alemana El Experimento). El objetivo era analizar cómo la vida en prisión y los roles sociales que se asumen influyen en la conducta de las personas. Consistió en reclutar a 24 estudiantes voluntarios para que interpretarán los roles de guardias y prisioneros en una cárcel ficticia; tuvo que cancelarse en la primera semana debido a que los "guardias" comenzaron a comportarse de manera abusiva, imponiendo castigos humillantes y ejerciendo un control psicológico sobre los prisioneros. El experimento demostró cómo las personas pueden adoptar comportamientos extremos dependiendo del rol que se les asigne y del entorno en el que se encuentren. Los participantes se despojaron de su identidad personal y asumieron completamente los roles asignados, mostrando lo fácil que es perder la individualidad en un entorno estructurado. Cuando no existen límites o supervisión, las personas con autoridad pueden llegar a abusar de su poder, incluso sin ser inherentemente crueles.… como pasó en el experimento Milgram donde la autoridad hacía descargar electricidad sobre el paciente y pocos fueron los que cuestionaron la orden. Qué rápido asumen los roles las personas sin analizar su ética, en el Juicio de Nuremberg los Nazis explicaron que solo cumplían órdenes. Hoy en Argentina vemos cómo la sociedad ha sido dividida psicológicamente a grandes rasgos en dos bandos, se cumple el adagio divide y reinarás.” Se hace sentir a la población en uno de esos bandos, somos seres tribales, con instinto de manada, hacer que las personas se identifiquen con unas banderas es cuestión de propaganda y de saber decir lo que la gente quiere escuchar. Para despreciar al contrario se eligen etiquetas, rótulos, adjetivos, explicaciones negativas sobre sus integrantes, zurdos de m… comunistas por ejemplo, tantas veces repetida por el presidente y por sus trolls que inundan las redes con sus mensajes clasistas, tratan a los otros de cucarachas, para desacreditar todo su accionar y no sentir angustia cuando infringen algún daño, justificando todo violencia contra el otro, como pasó con el que intentó un magnicidio a Cristina, se va generando rutas mentales, un especie de maniqueísmo extremo a los que nos tiene acostumbrado el cine de Hollywood. En Argentina deberíamos haber aprendido de nuestra historia donde en la época de la dictadura cualquiera podrías ser tildado de subversivo y desaparecido, de hecho el ERP ya había sido diezmado pero la tortura en los centros clandestinos continuó por varios años más. A la derecha le gusta asumir el rol de carceleros, incluso en un acto jóvenes representantes del movimiento decían sentirse la guardia pretoriana del presidente, el grupo armado, son financiados, se sienten empoderados y legitimados a utilizar el uso de la fuerza, contra los que consideran peligro para el sistema, sin reconocer sus derechos y sus argumentos, negándolo es más fácil de someter violentamente, de esta forma la democracia se vuelve solo un maquillaje donde se esconde la dictadura del capital. Dicen saber lo que le conviene a la sociedad en su conjunto, utilizan todo tipo de estrategias mediáticas para convencer que el camino elegido es el mejor, aunque los números no los acompañen. La realidad es un delirio colectivo, una construcción social y si se le hace creer a la población que es el fin de la historia, que no hay alternativa, lo creerá, lo asumirá y se someterá, pero más temprano que tarde se liberará, porque es nuestro instinto humano ser libres de verdad con lo que esto representa.
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