Perdona Nuestras deudas


El beneficio de competencia fue establecido por el Derecho Romano, permitía a ciertos deudores realizar un pago parcial y así evitar la ejecución de su patrimonio. Justiniano permitió que se abonara la diferencia cuando la fortuna mejorara. El Pago con beneficio De competencia consiste en un favor legal que se concede a ciertos deudores, en virtud del cual están autorizados a pagar lo que buenamente puedan de su deuda. El artículos 799 del Código Civil argentino establece este beneficio, por razones humanitarias, de necesidad y equidad, a solicitud del deudor. Quedándoles lo indispensable para subsistir modestamente, con la carga de devolver la diferencia, si su fortuna mejorara. Últimamente los noticieros tratan la problemática de las villas pobres donde residen muchos habitantes en precarias viviendas, hacinados y muchos carentes de los esenciales servicios de luz y agua. Cada provincia de Argentina tiene habitantes en estas condiciones. No hay dinero para la construcción de casas pero si para pagar religiosamente la deuda externa, que es ilegitima porque gran parte de su valor fue adquirido por gobiernos ilegítimos. Pagar la deuda así, es como embargar los bienes inembargables. Todavía hay un gran porcentaje de gente pobre que vive en viviendas precarias, con poco espacio para muchos hijos, sin embargo la Constitución en su art. 14 bis afirma:… “El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable… la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.”Ahora bien así como en la Revolución de mayo se utilizaron figuras como la acción de mandato, la subrogación para ir logrando la independencia, la figura del beneficio de competencia se podría utilizar como argumento para dejar de pagar la deuda externa hasta que buenamente podamos hacerlo, sin tener que renunciar a las necesidades básicas como son el alimento y la vivienda. Y a su vez deberíamos recordar a los acreedores de los petrodólares lo que dice el libro de Dios: "Si le prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés. Éxodo 22,24-26 o rezar con Cristo la frase: “Perdona nuestras deudas como nosotros también perdonamos a nuestros deudores” que fue cambiada por los católicos, tergiversando la intención de Jesucristo, que muy bien sabia que los intereses económicos son los que generan guerras, odios, discordias en el mundo. Patear la mesa de los usureros cambistas le costó la vida, y nosotros nos damos el lujo de sacar esta palabra que le da en el clavo de nuestras rencillas, frase que fue pagada con sangre.

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