24 de marzo
El 24 de marzo fue declarado feriado nacional para que seamos consientes de lo que pasó durante la última dictadura militar en Argentina y en Latinoamérica así sentar un precedente para que nunca más vuelva a ocurrir, pues fue un plan sistematizado, que hasta hoy ha dejado secuelas, como hace unos años atrás, en democracia, agarraron a Enrique Peckzak, ya fallecido, hermano de Pedro, desaparecido en dictadura, y lo torturaron en el tiempo que iba a declarar en los juicios de la verdad, de la misma forma que lo habían hecho durante el proceso. Un proceso que se llamo de reorganización nacional y que pretendía hacerlo a través de la muerte y la tortura. Pensaban que eliminando a personas que representaban amenazas al orden liberal lograrían mantener “el progreso”, “la paz” y “la cultura”, no querían otra Cuba. Se pasaron con la fuerza y no son capaces de reconocer esto, como Obama que en Chile no quiso comprometer su imagen diciendo unas palabras, mostrando un poco de remordimiento ante el cóndor entrenado por ellos que voló desapareciendo personas y por el respaldo activo de su país al golpe contra el gobierno Constitucional del Dr. Allende, que murió luchando. De miles, solo Silingo fue capaz de declararse culpable, por lo que debería tener algún atenuante, pues sino nadie va querer seguir su ejemplo. Un brasilero viendo un video de la dictadura en youtube dijo: Argentinos “nunca esquecem (olvidar) e nunca aprendem” si nos olvidáramos de los crímenes no necesitaríamos hacer justicia y si buscamos justicia es porque hemos aprendido. La verdad poco a poco va saliendo a la luz, como siempre lo hará en el transcurso de la historia, por eso querer callarla, esconderla, torturarla, desaparecerla, es una necedad de los que se creen poseedores de ella, pero que se les escurre cuando la dignidad del ser humano los mira a la cara. La verdad solo permanece en los que son capaces de encontrarla en el otro y respetarla. Por solo tener barba eras sospechoso, en las rutas te controlaban con fales sin el seguro puesto, hasta el principito de Supery estaba prohibido, el humo de los libros quemados oscureció la cultura de ese entonces y los exiliados sembraron en otros lares. Centros clandestinos de detención, fosas de cadáveres repletas, torturas y violaciones, personas dormidas arrojadas de aviones, nos llevan a proclamar: ¡Nunca más! porque queremos vivir con las garantías del derecho, de los tratados internacionales, de los derechos humanos. Aquello no fue una guerra, fue una cacería, en las guerras los contrarios se defienden, aquí no les dieron tiempo, y los pocos que pretendieron hacer una revolución escondidos en la selva tucumana, los que estaban en la misma condición jurídica que sus atacantes, no les otorgaron la garantía de defensa en juicio, como hoy las tienen los autores de dicho genocidio. Además nadie puede violar la Constitución para luego irrogarse sus derechos y prerrogativas. Lo que nos organiza es la Constitución según su art.1 Aquellos que atentaron contra este orden serán considerados como infames traidores a la patria art.29, pues no acataron la Supremacía Constitucional art 31. Ni los derechos implícitos art. 33 que nacen de la soberanía del Pueblo y de la forma republicana de Gobierno, derechos naturales, propios del ser humano, ultrajarlos es volver al tiempo de las cavernas.
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