Agricultura Organica

En Puerto Rico una granizada rompió techos y plantas que dificultan el trabajo del productor. Frente al calentamiento Global tenemos que ir pensando estrategias para ir aminorando sus consecuencias. La agricultura orgánica es parte de la solución; es un sistema de producción mediante el manejo racional de los recursos naturales, sin la utilización de productos químicos, los que brindan alimentos sanos y abundantes, manteniendo la fertilidad del suelo y la diversidad biológica. El impacto negativo más importante del cambio climático es la emisión de gases invernadero, que son la consecuencia directa o indirecta de la combustión de recursos no renovables (carbón y petróleo). La selva tropical alberga la biomasa viviente más grande en suelos muy delicados que pueden perder completamente su fertilidad cuando se los tala indiscriminadamente como ha ocurrido durante las últimas décadas. La agricultura convencional aporta más del 20 por ciento de las emisiones globales de gas invernadero y ha tenido impactos considerables en detrimento de los ecosistemas terrestres y acuáticos en todo el mundo; y también en gran medida, se encuentra afectada por él, el cultivo y la producción de plantas peligrarán como consecuencia de los cambios en la distribución de las lluvias, del incremento de la radiación de rayos UV-B, y de los cambios en la composición química de la atmósfera. Habrá episodios climáticos extremos con más frecuencia. Las plagas y las enfermedades proliferarán al verse favorecidas por un clima más cálido. Todos estos factores tendrán impactos negativos en los rendimientos agrícolas. Por eso debemos ir pensando en otras alternativas para producir alimentos, los suelos que se manejan orgánicamente poseen un alto potencial para contrarrestar los efectos de la degradación del suelo, dado que se adaptan mejor tanto a la tensión del agua como a la pérdida de nutrientes, gracias al alto nivel de materia orgánica y la cobertura permanente del suelo. La cantidad de agua que se requiere para irrigación puede reducirse sustancialmente como consecuencia de la elevada capacidad de retención de humedad. Puede contrarrestar con éxito la erosión, reduciendo el riesgo de desertización; mediante el reciclado de la materia orgánica y al restringir los ciclos internos de nutrientes, contribuyendo con el secuestro de carbono. La energía se aprovecha mejor; no contamina el agua subterránea y ofrece recursos alimenticios y abrigo para animales y pájaros beneficiosos, contribuyendo de esta manera al control natural de las plagas, además de conservar la supervivencia de los agentes polinizadores, gracias a la prohibición de los plaguicidas y de los herbicidas químicos sintéticos. Crea una diversidad de paisajes que contribuyen con la diversidad funcional y con los valores estéticos, beneficiando al turismo ecológico y la vida de sus pobladores.

Pablo Martín Gallero

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