Cristina Fernandez de Kirchner






A Cristina le ganó el machismo de nuestro pueblo, le costaba ver a una mujer inteligente que le diga cómo hacer las cosas, tanto que hasta quisieron asesinarla, tres veces gatillaron sobre su cabeza, el tufo era igual al que hubo en el basurero de José Leon Suarez, o a el bombardeo en Plaza de Mayo; pero la bala no salió; llegaron a decir que era un auto atentado, que la pistola tenía balas de salva, que era de plástico, pese a lo que había informado el forense, porque hoy en día cada uno cree lo que le conviene, alimenta su sesgo para tener identidad aunque sea basada en mitos, intentaron envenenarle poniendo veneno en su departamento, igual que con Mariano Moreno, ahora niegan su ingreso a EEUU con el pretexto de que es corrupta, otro caso llamativo de lawfare como pasó con Lula en Brasil utilizando una corazonada y no con prueba suficiente como lo obliga el debido proceso. El juez Bonadio tenía 10 causas contra Cristina, no pudo encontrar pruebas, y eso que busco y rebusco, sin embargo inventaron otras causas con la que la persiguen políticamente para que no pueda presentarse en elecciones; desprestigiandola como imputada con el memorándum con Irán cosa que el fiscal Nisman no encontró fundamentos, ni pruebas para inculparla como demostró el Juez Rafecas, su inteligencia no le permitiría instigar un delito que manchace su obrar como hicieron hacer creer. Buscaron dinero escondido en paraísos fiscales y solo encontraron las de su oponente y con el dinero de los bolsos de Lopez no quisieron investigar su procedencia, sin embargo el daño psicológico de la mentira quedó en la retina de la gente. Luego hacen la vista gorda a el Oro entregado a Inglaterra por Caputo, mientras bicicletean un presupuesto. introdujeron la teoría de que con el gobierno de Cristina la gente no quería trabajar, pero nadie quiere analizar las condiciones del trabajo y el monto del salario. Lamentable que en este país se persiga a una líder progresista que ha sabido desendeudar a la población, que logró que los trabajadores tengan el salario más alto en dólares de latinoamérica, mando un satélite al espacio, computadoras para los estudiantes, jubilaciones para los abuelos, ancianos que se jubilaron se compraron el primer lavarropas, el primer automóvil, lograron obtener la seguridad previsional, sin embargo tiraron la primer piedra contra Cristina, rasgándose las vestiduras y pensando que todo era una ilusión y que Javier Gonzalez Braga tenía razón por más que no podía explicar los préstamos a Vicentin. Quizá se equivocó eligiendo sucesor pero la persona generosa cree que todos pueden serlo. La insultaban cuando se le murió su esposo, cuando su hija se enfermó, cuando se operó de la salud deseándole lo peor, inventando siempre alguna historia falsa para degradar su imagen, criminalizarla y demonizarla. La persiguen si luce un reloj elegante, una cartera de marca, unos zapatos caros, un vestido floreado o liso, si usa calzas, como si por ocupar ropas de marca o el último iphone no estuviera en condiciones de entender la pobreza, de tener empatía, de tener la virtud como le gustaba pensar a Maquiavelo; estupideces que no hacen a la cuestión, distracciones para la gilada envidiosa que se queda mirando el dedo y no puede ver la luna, nada que usará le quedaría bien, la mostraban en las portadas de los diarios con photoshop, siempre enojada, demacrada, con mala cara para que nunca luzca bella y jovial. Quizá eso moleste a las personas del poder, que quieren que las épocas del vasallaje se repitan, épocas de hacendados como deja ver el personaje Pedro Páramo, porque a su ego narcisista le gusta sentir el poder y admiración de la plebe, vanidad de vanidades. Cristina se pasaba horas explicando a los empresarios, a los sindicalistas, de los números conseguidos, de las políticas aplicadas, de los objetivos perseguidos; el problema es que en política la virtud está en conseguir un justo equilibro entre los intereses de las clases poderosas con los desposeídos del capital, eso es lo que a veces hoy en día el establishment o la clase alta les cuesta respetar, ya que la ambición de poder es de nunca saciar, los vikingos sólo se han sofisticado, tienen intereses en los recursos y no en cómo vive la población, como hemos visto en la historia del colonialismo europeo en África que no dista mucho del latinoamericano. En los 8 años de que duró su presidencia, todos los días a Cristina la criticaron, la insultaron con los peores adjetivos, cualquier persona en su lugar, no lo resistiria fácilmente, pero ella siempre supo levantar la frente, creer en el país, pilotar la tormenta como la crisis del 2008, y hoy la vemos allí con su 72 años, perspicaz, ecuánime, generosa, con el alma fuerte y la frente levantada, haciendo todo lo posible para que todos podamos vivir en una Argentina mejor, porque como ella dice “somos una generación comprometida con su tiempo y su historia, que busca honrar la vida”.

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