Leandro Santoro: Beneficios Sociales



                         

 Leandro Santoro
en una charla con un periodista decía que: “Los adalides de la ortodoxia económica le reclamaban a los pobres que aprendan a nadar y hoy reclaman el estado que les haga salvavidas. Mientras el estado asistía con transferencias monetarias a la gente que estaba en los laterales de la sociedad eso es un gasto público inmerecido, injustificado e inflacionario; ahora cuando sus propias empresas empresas, entraron en crisis, son los primeros en golpear la puerta a algún ministerio ¿Cuál es la conclusión? Siempre el estado cumple un papel fundamental en la armonización de los intereses sociales. Esta bien que el estado esté ayudando a las empresas privadas a pagan los salarios en la situación de emergencia, pero también estaba bien antes cuando se trataba en una situación de emergencia social de garantizar la comida de los argentinos. Tenemos que entender que somos una comunidad, si bien son legítimos los intereses particulares, el estado tiene que arbitrar el interés general, en todo caso debe conciliar sino laudar para los más débiles. Las sociedades armónicas donde la felicidad es un bien público, buscan achicar la brecha de la desigualdad, crean un compromiso del uno con el otro. La revolución francesa tenía tres banderas, igualdad, fraternidad y libertad, la más importante es  la fraternidad, que es el hecho de que entendamos de que el otro es un hermano o un hermana,  que nadie se puede realizar individualmente si el otro tampoco se realiza, esa idea de que todos somos de alguna manera responsables de la suerte de nuestros vecinos es lo que hizo que la sociedad argentina sea de movilidad ascendente. Pero durante mucho tiempo construyeron el sentido común de que cada uno se tenía que salvar solo, de que sos cultor de la meritocracia y del esfuerzo individual,  las cosas que consigues es porque sabes mejor que nadie cómo administrar lo tuyo, rompieron el contrato social que nos hacía a todos ser parte del todo. A partir de la la pandemia del Covid19, ese paradigma individualista absoluto de la sociedad hipercompetitiva, con la lógica del darwinismo social está en crisis. Stiglitz, Piketty y otros economistas, sostienen que la desigualdad tiene efectos negativos sobre el crecimiento económico; cuando la riqueza se concentra la actividad económica se achica y se destruye riqueza colectiva, por ejemplo hay personas que tienen más dinero del que pueden gastar y muchas personas no tienen dinero ni siquiera para subsistir, esa desigualdad en la distribución del ingreso y de la renta provoca que la economía se relentice. La desigualdad genera además mucho poder político para actores económicos, que tienen mucho poder político no democrático, los que presionan al estado para defender sus propios intereses. No toda inversión es una inversión socialmente necesaria y útil, el estado tiene que tratar de que la inversión tenga beneficios sociales, se traduce básicamente en consumo y en empleo. Hay inversiones que se hacen en el mundo, que son de carácter especulativo, incluso de carácter productivo que no generan beneficios social, generan rentabilidad privada. Hoy gobernar es crear bienestar,  significa que se tiene que crear riqueza pero que esta riqueza tiene que estar socialmente distribuida, porque si un particular genera riqueza, pero se la queda él solamente, eso a la sociedad no le sirve de nada. Los medios nos hacen todo el tiempo mimetizar los intereses de una élite, de un sector reducido, como si fuesen los intereses colectivos. Es mentira que toda inversión es buena, necesitamos que toda inversión tenga beneficios sociales…” 




Comentarios

Entradas populares de este blog

Efecto Hawthorne

Comer, coger y dormir

Todo preso es político...