Guaraníes Mbya en Misiones
El sacerdote Alberto Barros se puso a disposición del Gobierno provincial para mitigar los problemas de los mbya que andan deambulando por las calles de Posadas; para ofrecerles momentáneamente un lugar para cenar y dormir. En Misiones los guaraníes parecieran adornar el paisaje con su cultura y así los turistas puedan visitarlos, comprarles bichitos, canastitos y sacarse fotos junto a los descamisados, pero no dejan de ser un grupo marginado de la sociedad, con pocas posibilidades para insertarse. Pobreza, marginación, enfermedad, es lo que sufren estos ciudadanos que ya no tienen selva para esconderse, y el vértigo del progreso los mantiene distantes, manejan otros tiempos, cuando con recolectar frutos y pescar les bastaba, no necesitaban producir más para tener más, el reloj de la revolución industrial con sus timbres los aturdió. El estado muchas veces comete el error de echar andar proyectos aprobados en la cámara de los representantes del pueblo, que luego no hacen un seguimiento adecuado, lo que en el olvido y en la distracción, las lindas leyes que protegen nuestros derechos, quedan cajoneadas en alguna oficina donde corren los mates pero no la transpiración. La sociedad debe tener un compromiso con las personas marginadas, porque es el desafío de ser humano, de vivir en sociedad, lo que nos cuesta siempre nos hace mejores. Las respuestas simplistas ante el problema, que no quieren trabajar, que no quieren estudiar, no resuelven nada. Todos queremos vivir, y vivir bien en lo posible. La sociedad debe buscar los caminos para que nadie quede afuera de los derechos del hombre y del ciudadano. Ahí está el desafío de nuestros representantes, muy lindas las obras, la cruz, los puentes, los caminos, las cataratas, pero el ser humano esta primero.
Comentarios
Publicar un comentario