Belleza Destruida

Para saber distinguir la música de Beethoven de la de Mozart, hay que escuchar mucha música clásica. Para saber considerar parte de la literatura mundial hay que leer varios libros. Para saber apreciar la pintura de Picasso como la de Dalí, hay que estudiar un poco de arte. No saber es como no ver, y no hay peor siego que el que no quiere ver; por eso solo queremos las cosas que conocemos, corazón que no ve, corazón que no siente. La información es poder ¿Pero como utilizamos la información? ¿Cuál es la información que hacemos uso? La que nos conviene y genera dinero. Esto explica la gran desforestación en Misiones como en el resto del mundo, la selva todavía no es algo conocido, lo era para las tribus que vivían en ella, que convivían con su lógica, pero no para el hombre que pidió su divorcio, pues la quiere solo como amante. Más allá de ver la selva detrás de la ventanilla del auto o en algún documental, hay que conocerla para poder contemplarla; hay varias formas de hacerlo, sin necesidad de estudiar biología, es cuestión de buscar algo en la selva que nos llame la atención, como una piedra, un insecto, un pájaro, un animal; estudiar porqué esta allí, como vive, como se formó, etc, verlo en su hábitat natural, en lo posible convivir un momento; poco a poco esto nos va mostrando otras cosas que no veíamos, todo está relacionado, y se conecta de alguna manera, como lo entiende el pensamiento sistémico, y ahí es cuando empieza el respeto por el objeto conocido, y donde hay respeto nunca hay abuso. Así como hay explotación de un ser humano por otro, de un país por otro, hay explotación del ser humano por la selva, es parte de la lógica capitalista, solo se valora lo que genera dinero y nos da placer, no tiene importancia si en esto perdemos la sensibilidad y nos jugamos nuestra humanidad. Hasta que no se haya agotado todos los recursos, no paramos las maquinas, hasta que no seamos capaces de contemplar la belleza la destruiremos. El instinto potenciado por la razón y cegado por el egoísmo, no es capaz de planificar un futuro sustentable, no importan las futuras generaciones, no importan los animales que se extinguen, los peces que desaparecen, los pájaros que dejan de volar o las plantas que no están. Así como se necesita tiempo para escuchar y apreciar la música de Mozart, se necesita tiempo y estudio para entender el equilibrio y la belleza que hay en la selva.

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