La miseria del oro verde

Un tarefero no es solamente un tarefero, es una familia, son niños que deben ir a la escuela. Una familia no es solamente una familia, es la célula principal del organismo social, el niño que debe ir a la escuela es el camino del progreso, que si se corta, se queda estancado en el tiempo, va a ser un adulto con virtudes castradas. Cuando los tareferos protestan cortando la ruta, solo nos puede causar indignación, que tengan que abandonar su trajín para tomar esta medida de fuerza para ser escuchados por las autoridades. En la provincia del oro verde que sus cosechadores no se les pague lo que corresponde, al igual que los productores, es una injusticia flagrante, solamente ganan los molinos que tiran las migajas que sobran de su suntuosa mesa a los pequeños productores como si fuesen perros que deben obedecer a sus amos. Y en esto es el estado el que debe lograr un mejor precio para la yerba y un mejor salario para sus trabajadores, así no solamente los molinos y supermercados serán los que ganen sino todos los que dependen de este rubro. Para esto elegimos a los representantes, para que busquen el bien común no el interés de un solo sector. Si hay tareferos reclamando, hay un estado ausente en el agro, esto no hay duda. Y si el estado no apoya a los pequeños y medianos productores, es un sector vulnerable a desaparecer, para integrar la brecha de desocupación. Está bien que se den planes a los desocupados, pero es mejor que se apoye a los trabajadores, pues aparte de poner el hombro a la prosperidad son el ejemplo de sus hijos, el remedio a la delincuencia y la drogadicción.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Efecto Hawthorne

Comer, coger y dormir

Todo preso es político...