Contrato de social para todos
El estado es una abstracción que nos permite convivir pacíficamente entre los habitantes de un país; para que funcione necesita que cada persona renuncie a parte de su libertad, allí donde termina la libertad de uno comienza la del otro, respetando esa legislación universal que pensó Kant y como vivimos en un planeta con recursos escasos, estos deben estar divididos proporcionalmente para que a nadie le falte nada. En el contrato constitutivo está implícito que se aceptan las condiciones de esta ética, que permite la civilización y nos vuelve más humanos, ya que la solidaridad como el altruismo forman parte de nuestro ser. La economía capitalista, tiene el mismo límite, la tierra también, aunque haya legislaciones atrasadas como la de Argentina, donde una persona puede tener tantas hectáreas de tierra como se lo permita su cuenta bancaria, no se tiene en cuenta la presencia de otras personas. En las democracias republicanas debe haber garantías para todos, que todos puedan gozar de ciertos derechos humanos básicos, para que puedan vivir dignamente. Sin embargo las corporaciones, los bancos, crecen tanto que van acaparando los recursos y derechos de los sectores menos favorecidos, acomodando las leyes a su antojo. Aquellos sectores marginados habían acordado que estaban dispuestos a renunciar a ciertos derechos siempre y cuanto puedan vivir dignamente dentro del sistema; esto está tácito en nuestras cartas magnas, no hace falta explicar porque está explícitamente manifestado dentro de sus normas. Por eso cuando se aumentan los planes sociales tanto como la jubilación... y estos últimos que han hecho aportes se quejan que sea en la misma proporción, sintiéndose más merecedores ya que han hecho los aportes necesarios para poder tener una vejez tranquila, está de más recordarles que el estado tiene el mismo deber y compromiso de garantía de una vida digna para todos, porque es su deber, y si no lo ha logrado no debe enmendarlo con más pobreza; por eso el salario básico universal es un derecho básico, que por lo menos permite el desarrollo neuronal de los infantes para que podamos ser cada día mejores personas. El estado desaparece si no se cumplen sus normas, ya que el estado es una abstracción que se mantiene visible mientras conservemos nuestra buena fe en él, para que funcione todos tienen que creer en él y cumplir con las promesas que se han establecido en sus cláusulas, ya que funciona como organizador de nuestra vida, para que todos podamos gozar de los derechos inherentes, imprescriptibles e inalienables a nuestras personas, en esa abstracción entran todos, con los mismos derechos naturales, la misma dignidad, la misma capacidad para gozar de la vida. El estado no debe ser utilizado como herramienta de explotación y sometimiento porque esta es su mala utilización, es su desnaturalización; tampoco las empresas no deben olvidar de su función primordial que es el servicio social, todos tenemos que contribuir a la paz social con justicia, la inteligencia potencia su capacidad pero debe estar al servicio de la razón no del instinto. A veces muchos pobres se olvidan, renuncian o se creen no merecedores, sin embargo, el estado está como garantía para hacer cumplir sus derechos; y nadie debe imponerse sobre los demás o creerse más merecedor, pues esto rompe el contrato y nos vuelve a al estado de naturaleza. Está bien que unos tengan más, pero no pueden tenerlo todo y así los nadies puedan valer más que una bala.
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