El fin de la naturaleza

 




Mientras más queremos dominar la naturaleza más la naturaleza nos domina a nosotros porque todo en la naturaleza tiene fuerzas de acción y reacción, todo te lo devuelve. Cuanto más libertad le demos más libertad nos dará. La naturaleza es nuestra casa común como la definió el Papa en su Encíclica Laudato Si, la casa donde vivimos, pero donde vivirán las futuras generaciones, tenemos un compromiso con ellas. El ser humano en su afán de dominio, lucros y placeres, a tomado a la naturaleza como un medio para obtenerlos, pero se a olvidado de la finalidad, en la naturaleza todo tiende a la propagación de la especie y preservación de la vida, en cambio el ser humano, solo planifica para las ganacias del día, para la trayectoria de su vida, no pone en consideración las sustentabilidad de su manera de trabajar, Japón no sabe qué hacer con sus residuos radiactivos y planea tirarlos al mar, debería ser una ley universal, que todos puedan hacer lo que cada uno hace, y  que pueda ser utilizada ahora y siempre, esa es una norma ética que hay que corresponder como seres humanos, bajo este norma no se debería tener plantas nucleares de energia. Se necesitarán cinco planetas para que todos los países puedan vivir como en EEUU, sin embargo son defendidos estos modelos de producción y consumo para imitarlos en todas partes, es una falacia, no es posible, la sobreexplotación supera ya la regeneración del planeta, consumimos más recursos naturales de los que el planeta es capaz de regenerar o renovar cada año, ya tenemos una deuda ecológica con consecuencias imprevisibles, sin embargo la forma de producción es la que se impone como la digna a imitar, y el establishment no quiere dar el brazo a torcer, ni reconocer sus errores, ya que eso va contra su filosofía.


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