Los otros


Cuando comenzamos la carrera por la vida, la mayoría de las personas buscamos progresar, estudiamos, trabajamos, queremos ganar dinero, comprar cosas, tener una familia, ir para adelante y por más. A sí nos vamos concentrando en lo que pasa a nuestro alrededor desde una perspectiva personalista la que se va desconectando de las otras realidades, claro, mientras no afecten sus intereses. Quizá en el plan de Dios había otra idea para nuestra voluntad, El para los seres humanos pensó diferente que con los animales, nuestra alma intelectiva, nos permite ser, pero en la medida que ayudemos a otros a ser personas, cuando un médico ayuda a otro a curarse, o un carpintero le fabrica un mueble le está ayudando al otro a estar mejor en este mundo y viceversa, cuanto más personas ayudemos a encontrar su esencia más nos encontraremos con la nuestra, empezando por saber que hay necesidades básicas que la persona tiene que tener satisfechas para poder elegir. La supervivencia nos condeno a luchar para ser alguien como sea, sin importar los medios, pues la existencia se torna dura, donde el otro representa una amenaza, pero también una utilidad, nos vamos volviendo utilitaristas y hedonistas, vemos al otro como medio y no como fin. Hoy con la tecnología y la ciencia, tendríamos que haber podido superar varios obstáculos del convivir. El paradigma individualista debería evolucionar en el social y naturalista, pues interpretar lo que sucede en el mundo desde el centro de nuestro existir, con lo limitada de la observación subjetiva, nos está llevando a nuestra extinción, pues al mundo no lo vemos como es sino como somos. Encontrar en el otro a un compañero de ruta y ayudarlo a caminar, es el modo como iremos superando nuestras diferencias, evitando guerras y encontrando soluciones para nuestro hábitat que está perdiendo su equilibrio natural.  Pues el otro no es el obstáculo sino la oportunidad que nos da la vida para ser, ya que solo somos junto a los otros. Las personas somos como el canto rodado, solo el contacto con las otras piedras hace que se nos pulan las aristas y asperezas.


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