La suma del poder público

 


Mucha sangre costó a los pueblos a buscar obtener representación en la política y un lugar en los gobiernos, demasiados fueron los abusos por parte de monarcas, zares, emperadores, donde el pueblo no tenía ni voz, ni voto, ni derecho a defensa, que llevó a generar un mecanismo preventivo contra el abuso de poder. En pleno Siglo XXI después de aprender las lecciones de la historia que un presidente pretenda gobernar sin el rol del congreso como órgano competente y siguiendo los lineamientos del procedimiento constitucional para la elaboración de las leyes es regresivo a esos tiempos de machete, yunques, látigos y torturas. Son los derechos sociales y políticos los que nos llevaron a vivir una vida más digna para mayor cantidad de personas, pero no fue por generación espontánea, fueron grandes luchas que lograron dar a las mayorías representación en las decisiones políticas como garantías para su vida, libertad. La seguridad jurídica es el resultado del respeto al orden democrático y los valores republicanos, a los procesos tanto legislativos como judiciales gracias a sus instituciones consolidadas, respetadas y cuidadas. Poner en discusión nuevamente estos principios del derecho democrático, la división de poderes y legalidad, de autonomía personal e igualdad, el federalismo, la descentralización, de transparencia y responsabilidad, de participación, es una burla a la racionalidad, va contra toda lógica del progreso y del bienestar. La ley ómnibus altera el espíritu de nuestros principios, no solo inventó burlar la división de poderes, sino criminalizar la protesta, vender las empresas del estado, y no ha destinado un renglón a mejorar la educación y ciencia sin la cuales no hay progreso posible. El ser humano siempre va a buscar aglutinar poder y capital está en su instinto, por lo tanto saber esto y generar los mecanismos para evitar todo tipo de concentración de poder y capital, los que siempre terminan quitando derechos a los demás, es una obligación cívica y un deber moral, generar y defender las instituciones que logren amortiguar los intereses de sectores dominantes es lo más lógico, ético y justo, pues todo lo que se está evitando es un daño mayor y un daño futuro. La experiencia demuestra que cuanto más personas pueden incidir en decisiones políticas, mejores decisiones se toman ya que siempre tienen mejores resultados, además tanto las minorías como los más débiles deben estar representados en el congreso para que no se vulneren sus derechos. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

Efecto Hawthorne

Comer, coger y dormir

Todo preso es político...