Empresarios vs trabajadores
El Papa Francisco escribe en Fratelli Tutti: “Quien mira a su pueblo con desprecio, establece en su propia sociedad categorías de primera o de segunda clase, de personas con más o menos dignidad y derechos. De esta manera niega que haya lugar para todos.” Escribió alguien en una red social: “Si usted odia al empresario, no le pida empleo, monte usted su empresa, trabaje duro, pague impuestos, genere empleo y desarrollo.” No es una frase inocente, esa frase separa a empresarios de los trabajadores y da por hecho que los trabajadores odian al empresario, que visión negativa del mundo, que mala leche, si hay partidos que representan a un sector y no al otro, no son partidos políticos son gremios, si hay personas que defienden un sector, no son democráticos, son fascistas. Tanto empresarios como trabajadores son necesarios en la cadena de producción; el problema es que a alguien le conviene que haya grietas, divide y reinarás, que representen a sectores y valores bien diferenciados; seguramente los valores que ambos defienden son los mismos, si uno les pregunta ¿qué quieren para sus vidas, para su país? ambos contestan las mismas cosas y no todos pueden ser empresarios, como tampoco todos pueden ser trabajadores, es una cuestión de organización. Eso es lo que debe primar, mirar en la misma dirección, cuando se piensa que el otro juega en contra, el otro representará una amenaza, hace poco un deportista escribió en una red social: “Linda mañana para salir en el coche a pisar negros” La idea de un país civilizado, es que toda persona se le reconozcan sus derechos, su dignidad, lo promete la Constitución, lo profetizó la Biblia, lo dice la ética, pero cuando la brecha entre ricos y pobres aumenta de manera exponencial, hay algo que la sociedad está haciendo mal, somos socios en la sociedad, el contrato social es para todos. Una economía con muchas PYMES es la que mayor distribución de la riqueza y bienestar generan; necesitamos de buena voluntad tanto en empresarios como en trabajadores. Establecer categorías de personas, por diferencias étnicas o culturales, es un mecanismo de autodefensa, es cerrarse a la riqueza que genera la multiplicidad y que la tolerancia permite sana convivencia dando experiencias enriquecedoras y alegres. El otro camino siempre conduce a la guerra.
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