Refugiados del Otro



Todos somos refugiados. Todos buscamos refugio en alguna parte, y la comodidad del refugio nos hace olvidarnos del otro. Llamamos refugiados a las personas que huyen de sus países por causas bélicas o por problemas económicos. Es deber del humano ayudar al forastero, pero las fronteras se cierran, los barcos se desvían, hasta los chocan para que los refugiados no pisen la costa del progreso. El ser humano tiene un gran instinto de supervivencia y al correr peligro busca la comida en otra parte. El Papa hablaba de que hay que dar al que no tiene las tres “T” techo, trabajo y tierra; si queremos que la gente no huya de sus tierras debemos preocuparnos para que se sientan a gusto en ellas y en paz. Son muchos años de extractivismo colonialista en África; sus habitantes huyen porque no han podido disfrutar ni de sus migajas. Europa llegó a tener 1 quinto de la tierra del planeta en el periodo neoimperialista, resumiendo el espíritu en las palabras de Cecil Rhodes, dueño de una compañía minera de diamantes, declaró: "todas estas estrellas... estos vastos mundos que se mantienen fuera del alcance. Si pudiera, anexaría otros planetas".  Por eso hoy Europa es invadida por inmigrantes ilegales, porque ellos también invadieron esos países, se disputaron África con tanta voluntad de poder que terminaron discutiendo las soberanías con dos guerras mundiales. Europa debería hacer un mea culpa y saber que si le quitas la tierra al vecino pronto vendrá a buscar tus frutos; si le quitas sus metales preciosos querrá tus adornos, si le quitas su energía querrá cobijarse sobre la luz de tu techo. Además “Divide y Reinaras” No hay que olvidar los miles de millones de dólares que han sido 'invertidos' por Washington, Reino Unido, Francia, Turquía, Arabia Saudita y Catar para derrocar al Gobierno sirio liderado por Bashar al Assad, en parte, con el fin de socavar a sus aliados en Rusia e Irán". Las guerras en Irak, Afganistán y Libia, siempre provocadas por occidente. La guerra siempre genera refugiados, pues la guerra los despoja del techo, del trabajo y de la tierra. Por lo que es importante luchar por La Paz, pero sin armas, con diplomacia, pues la guerra solo deja daños y en el ruido de las armas las leyes no se pueden escuchar decía Cicerón. Los muros tarde o temprano caerán, porque en el fondo de nuestro ser estamos invitados a vivir en fraternidad.



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