No te banco

Hacer cola para esperar ser atendido en cualquier oficina del estado o entidad pública es un signo de atraso y desorganización. Las empresas que hacen andar a la economía de un país, cuanta más rapidez tengan en la burocracia, más producirán, y cuanto más se produce más ganan todos, esto que es obvio parece no ser visible. Un país es como un motor, donde cada pieza debe funcionar a la par de las demás, porque cuando una lo hace a destiempo, atrasa al resto, por eso a veces hay que afinar el motor para que sea más fuerte y veloz ¿Cómo aceptamos que cuando uno va al banco deba hacer cola y esperar 1 o 2 horas dependiendo de la suerte? El tiempo es dinero, y el banco bien lo sabe, entonces como es posible que te hagan perder tanto dinero. La lógica del beneficio al menor costo, hace que no contraten más empleados frente al público, pero el banco, que tanto pregona bienestar, debería comenzar por casa. Tenemos que cambiar la lógica del empleado como pérdida, a ganancia, pues es parte del eslabón productivo, a demás de consumidor, si seguimos la analogía del motor, a veces hay piezas que parecen estar de más como el filtro de aire, y sin embargo si no estuviera, podría ser la causa de freno del motor. El Banco saca muchos beneficios “de guardar el dinero”, pues se puede dar el lujo de invertir el dinero de los otros, además con el encaje bancario, producen el efecto multiplicador, el Banco puede multiplicar el dinero que les entra como la casa de la moneda, por lo que deberían tener por lo menos un gesto de cordialidad y respeto a su prestamista. Con todos estos beneficios ¿Porqué hacen esperar a la gente? Así como les gusta multiplicar el dinero, podrían multiplicar el trabajo, contratando a más gente, el dinero circularía más rápido, habría más trabajo y la gente cuando tiene trabajo puede estar tranquila, disminuir la brecha entre ricos y pobres debe ser un objetivo no solo del estado, sino también de las empresas, de los particulares, pues debemos estar convencidos de que la felicidad de los demás termina contagiando mi felicidad, como así también el desasosiego.

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