Los tres chanchitos
Es conocida la fabula de los tres chanchitos, el primero construyo la casa con paja, el segundo con troncos y el tercero con ladrillos. Cuando vino el lobo sopló la primer casa y se derrumbó, el chanchito fue capturado; luego fue a la segunda casa, sopló, sopló y también se vino abajo, el chanchito fue puesto en la bolsa, luego fue a la tercer casa, sopló, sopló, sopló pero la casa no se cayó ¿Cual fue el secreto? que la casa estaba bien construida con ladrillos y cemento, era fuerte y tenía una buena estructura. Jesús contaba algo parecido, decía que un hombre construyó su casa sobre la arena, y otro sobre la roca, cuando vino la primera tormenta solo queda en pie la casa sobre la roca, porque tenía buena base. Ahora bien a quien se omite en los relatos, tanto el chanchito que construyo la casa con ladrillos como el hombre que lo hizo sobre la roca, tuvieron que aprender a hacerlo, sobre estructuras, sobre arquitectura, sobre construcción, y claro que lo lograron porque tuvieron buenos maestros. En Misiones los maestros parecieran ser los lobos de la fabula, cuando en verdad son los maestros los que enseñan a pensar, a construir, a trabajar. Si no queremos que nuestras casas sean derrumbadas fácilmente y nuestros hijos presas de lobos feroces, debemos saber valorar a los maestros y profesores que enseñan cómo construir el mañana. ¿Cómo es posible que haya maestros que tengan 3 cursos acoplados? ¿Cómo es posible que no tengan la infraestructura necesaria y los elementos para enseñar idóneamente? ¿Cómo es posible que tengan que poner un negocio, trabajar en otras cosas para llegar sin deudas a fin de mes? Los lobos ya han tumbado varias veces nuestras casas, como en el 2001, ya es hora de que construyamos en buena base.
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