Nivel de conciencia

Lo que determina la evolución de un pueblo es su nivel de conciencia, la conciencia entendida como la capacidad de darse cuenta de la propia existencia, de sus estados y de la consecuencia de los actos. De nada le sirve a una nación tener un PBI súper elevado o altos índices de CI,  si el nivel de conciencia es bajo, si los habitantes no son responsables de sus actos y de las consecuencias de sus decisiones. Tener nivel de consciencia implica capacidad de responsabilizarse de los propios actos, ser consciente de las consecuencias a que llevan, por más que no se vean, que pasen desapercibidas por acontecer en otro hemisferio u continente ya que la conciencia no es ajena a ellos, no se puede disparar al aire, y pensar que si hubo un lesionado por una bala perdida fue por el azar, hay un joven que en un recital reconoció haber tirado una bengala y fue penado por ello, él se entregó porque su conciencia así se lo recomendó. Los niveles de expoliación y explotación de los países periféricos por parte de los países centrales, sus mecanismos legales para lograr sus cometidos, su bajo nivel de análisis de los problemas, sus justificativos e indiferencia, jamás puede significar la evolución de un pueblo, por más buen nivel per cápita que tengan. A través de la educación buscamos aumentar nuestra conciencia, inculcamos reglas morales y costumbres éticas para lograr poder convivir en sociedad, pero las filosofías utilitaristas reinantes hacen que todo se vuelva un medio, lo que termina justificando daños hacia otros entes dejando de lado la conciencia que como la vergüenza cuándo se le pierde es difícil recuperar. La humanidad muchas veces toma caminos qué no le hacen bien y qué podemos ver reflejados en el calentamiento global o la polarización social, pese a nuestros compromisos internacionales y documentos acordados que no se cumplen porque se dejan de lado al igual que la conciencia. Si se acepta como propia la teoría de la evolución de las especies de Darwin, considerando al ser humano como otra especie más, nos negamos a escuchar a la conciencia humana, esa la capacidad única en todas las especies de poder distinguir lo bueno y lo malo y obrar en consecuencia.