Pensamiento Mágico


El pensamiento mágico es aprovechado por gobernantes para hacer creer ciertas “premisas” a la población, arraigados en sus formas de pensar por años de tradición, regímenes coloniales y patriarcales, los habitantes de un país se convencen que los resultados en las políticas macroeconómicas serán iguales a las promesas de los discursos de sus representantes, más que a la siembra y producción.
¿Será que la población no tiene en cuenta su historia y está condenado a repetirla? ¿Porque se dejan convencer tan fácilmente? Primero, así como esperan que el pensamiento mágico resuelva los problemas, que el ideal prometido en campaña se logre por confianza como la multiplicación de los panes, sin considerar la balanza de pagos negativa o el nivel de vida de la población.
Segundo por naturaleza el ser humano es gregario, de manada, busca el orden a través de un líder lo que lo vuelve sumiso por naturaleza, prefiere pensar por sus líderes que por sí mismo, obnubilado su espíritu crítico, como las sociedades que todavía sostienen los privilegios de sangre, prefiriendo mantener el linaje antes que sentir la orfandad de la igualdad, temen a la anarquía que puede producirse cuando se cuestiona el statu quo, prefiriendo apagar el arcoiris de la multiplicidad de ideas, por un maniqueísmo pueril; o que se derrumbe las instituciones al poner en consideración sus costumbres, lo mismo le sucede a la iglesia católica, donde la mujer no puede ser sacerdote, ni la opción matrimonial dentro de este cargo.
Tercero el instinto gregario lo vuelve elitista así como se identifica con el pensamiento mágico, con los discursos idealistas, le gusta identificarse con las clases ricas y poderosas, prefiere sentirse de la nobleza antes que reconocer su condición proletaria y humilde, aspira a que algún día cambie su suerte, espera que el liberalismo lo conduzca a la cima del éxito según el materialismo, pero no hay cambio posible si no se invierte en educación y trabajo.
Cuarto la moral, tampoco quieren escuchar a Jesús en el discurso del monte, prefieren ganarse el cielo creyendo que lo correcto es lo que eligieron, porque se identifican con la clase que se cree que representa el bien para la humanidad, cuando el bien está en el obrar, en la acción, no en el partido, ni en la ideología, ni en la teoría, prefieren representar al bien en una bandera y no cuestionar el accionar al grupo donde les gusta pertenecer. Es más fácil dejar que los demás piensen por uno, dejar que el líder resuelva los problemas, por mas que con sus decisiones se generen más problemas.
Quinto creen todo lo que dice la tv porque lo dice la tv, estiman que los periodistas son imparciales, cuando en su gran mayoría responde a editoriales impuestas por grupos corporativos, la gente cree lo que le conviene y en el ethos individualista no ve lo que le hace bien a la mayoría, como decía Marco Aurelio, “lo que no es bueno para la colmena no puede ser bueno para la abeja”.
Sexto cuando el pensamiento mágico logró convencer entra a jugar el papel importante la emoción que como madre que defiende al hijo por mas que haya causado daño, la emoción bloquea el pensamiento crítico dando lugar a justificar lo injustificable y defender lo indefendible.
Al final son todos errores de el ser político del ser humano; sabemos que la política que funciona es la que cuestiona su proceder, porque sino se corre el riesgo de caer en totalitarismos o en democracias alienadas.  

Pablo G.

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