Laudato Si I
Tras las inundaciones que estamos sufriendo en el litoral de la Argentina tenemos el deber de repensar nuestra forma de vivir, para ello el Papa Francisco I nos ilumina a través de su Encíclica Laudato Si, más allá de la religión que se profese; donde nos invita a proteger nuestra casa; dice que la vida humana es un don que debe ser resguardado de las diferentes formas de degradación. Los daños pequeños que cada uno ocasiona al planeta son parte de los grandes. Hay cosas que resuelven un problema pero generan otros, como los agrotóxicos por ejemplo. El clima es un bien común, el calentamiento global producto de los gases que emitimos a la atmósfera y potenciado por la deforestación hace que el mar aumente de nivel afectando a las poblaciones costeras. A la par de desarrollar nuevas tecnologías estamos volviendo al mundo más gris; el costo ambiental está siendo mayor que el beneficio económico, impactando sobre las clases más desfavorecidas. Muchas ciudades se han vuelto insalubres para vivir, donde se vive formas de degradación social y no de integración. Todos nos necesitamos de alguna u otra manera; todas las criaturas están conectadas de alguna manera. Las emociones artificiales que nos brinda la tecnología muchas veces nos aleja de las personas y la naturaleza. El ambiente natural y el ambiente humano se degradan juntos, por eso hay que ir cambiando los hábitos dañinos de consumo. Las sociedades ricas deben dar el primer paso a una transición sustentable porque pueden sobrellevar los costos. Prestar atención a la belleza y amarla nos ayuda a salir del pragmatismo utilitarista. Menos es más. Aprender a gozar con lo más simple; para disminuir las necesidades insatisfechas y reducir el cansancio y la obsesión. La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida. Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo.
Comentarios
Publicar un comentario