Educar para la libertad
Los niños son pura potencia, pura posibilidad. Por lo tanto su formación es de suma importancia, no solamente la formación escolar sino la relación que tengan para con el medio ambiente y para con los demás. Hoy en día la tecnología le ha abierto muchas puertas pero les ha cerrado otras, la interacción con otros niños y con la biodiversidad es esencial para su desarrollo normal, para que crezca sano y feliz, donde el juego con otros niños cobra un papel preponderante para su futuro desenvolvimiento en la sociedad. El escultismo por ejemplo como método educativo es muy bueno ya que logra a través de campamentos y juegos la saludable integración de la persona para con los demás y con el medio donde vive, lo que es garantía de una sociedad con mayor tolerancia, respeto y equilibrio, factores olvidados en esta sociedad de consumo donde el acumular esta visto como una virtud y para conseguir este fin no se tienen en cuenta los medios. La felicidad del hombre es tan relativa, depende de la cultura y la historia de cada persona, que los moldes actuales del marketing quedan obsoletos y primitivos, los que en su inercia irracional están arrasando el planeta solo por vanidad. Por ello buscar la verdadera felicidad, la que sabe distinguir lo superfluo de lo necesario, es parte de la solución contra los desequilibrios que estamos provocando y esto es tarea de cada uno, de la responsabilidad individual en el camino de la libertad, la que puede salvar el planeta y la sociedad.
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