Los Mejores

 En Argentina vivimos una etapa donde el dios dinero ha impuesto a su mesías,  la población llevada por la adoración al becerro de oro, sumado a un narcisismo individualista potenciado por los medios y mensajes subliminales le dieron plena fe a este representante que supuestamente llevaría la población a la Meca, a Dubai, a Miami o a Ibiza. Bajo este pensamiento se sienten una raza superior, tanto estética como moralmente, menospreciando al otro al que no puede alcanzar el éxito material, o no posee el cuerpo perfecto por las circunstancias de la vida, utilizando la palabra orco, zurdo, alienígena, a quienes consideran la personificación del mal que hay que combatir, olvidando que su supuesta perfección es solo producto de la imaginación, de complejos de megalomanía y de su propaganda, menospreciando la legalidad y la racionalidad de nuestro derecho, negando el constitucionalismo social y los deberes internacionales contraídos que enaltece a la raza humana y hace superar las limitaciones de cada uno, gracias al altruismo y la solidaridad. Justifican el éxito y la riqueza con la meritocracia, y luego te dicen propuestas para ganar miles de dólares por mes, al alcance de todos, con solo leer un par de libros, o por levantarte a las 5 de la mañana, podes formar parte de los megamillonarios que pueden viajar a Estados Unidos, tienen casa propia y un auto de lujo, además puedes seguir a un montón de influencers que te muestran el camino hacia el éxito; con mentiras muy sutiles imponen la dictadura del capital que a los únicos que beneficia son a las grandes corporaciones, terratenientes y bancos, con un 60% de la población en situación de pobreza, la pérdida del poder adquisitivo,  la población naufraga en su propia ruina; esperando que algún día le toque ganar la lotería,  esto pasó en parte porque se subestima el poder de la solidaridad, no son capaces de percatarse que vivimos mucho mejor gracias a que nos ponemos de acuerdo, tenemos el ejemplo de las prepagas, las cooperativas o el seguro que funciona como un sistema solidario donde se benefician sus contribuyentes, y valga la aclaración los impuestos también sirven para logra el bienestar general. La función del estado no solamente es garantizar la libre circulación de mercancias, sino controlar que las leyes se cumplan, que se respeten los derechos humanos y que la renta se distribuya con justicia.