Apología de los Homosexuales
“La homosexualidad no es un delito, pero sí un pecado”, dijo el Papa Francisco, qué entendemos por pecado sino la ofensa a Dios, Jesús dijo reconocerán que son mis discípulos si se aman unos a los otros, entonces porque juzgar una elección amorosa si lo que importa y de lo que se trata es de cuanto vivimos con amor en el pasar por nuestros días aquí en la tierra; “Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!” Si un padre acepta a su hijo bajo una condición sexual que ha elegído ¿Porque Díos no lo haría? y Jesús agregaba yo no quiero sacrificios quiero misericordia por eso Santo Tomás decía que más importante que la justicia es la misericordia, pecado es cometer algo que genere un daño contra el otro o contra nosotros mismos ¿la elección sexual de una persona para que juzgarla? si la vive con amor no estará obrando contra la voluntad de Dios, si encuentra contención emocional en ese otro quienes somos para dar veredictos sobre eso. En la naturaleza este patrón se repite quizá su lógica sea evitar la superpoblación la naturaleza es obra de Dios porque entonces sería un pecado. La iglesia muchas veces se siente segura en la comodidad de sus normas sin embargo un barco anclado en la costa está seguro pero con el tiempo se le corroera su casco. Tuve hambre y me diste de comer, tenía sed y me diste de beber; estaba preso y me fuiste a visitar; estaba enfermo me fuiste a ver porque todo lo que hicieron con los demás han hecho conmigo de eso se trata obrar a favor o contra la voluntad de Dios. El amor en cualquier variedad de sus formas porque debería ser algo malo, acaso San Agustín no dijo ama y haz lo que quieras, amarás a Dios y al otro como a ti mismo, e ahí toda la ley y todos los profetas resumió Jesús. El abuso, la falta de respeto, la violencia, el maltrato, los insultos, eso es pecado de eso es lo que hay que alarmarse. La pobreza, la guerra, el calentamiento global debería ser un escándalo no andar buscando la paja en el ojo ajeno. Quién soy yo para jugar la elección amorosa del otro, de igual forma sería escandaloso que un homosexual cuestione la heterosexualidad o el celibato de un clérigo. Hay que respetar al otro, al diferente y no podemos condenar, llamando pecado a una libre decisión que no agranda ni achica las puerta del cielo. Por qué querer juzgar moralmente al otro ¿para que se sienta mal? ya suficiente tuvo con el desprecio y las burlas que ha tenído que pasar de niño ¿así poder ejercer un poder sobre él? Hay que buscar controlar el poder si… en lo que genera injusticia y degradación humana. Si una pareja homosexual es feliz la moral en ese caso sólo está papando moscas y olvidandose del projimo tirado en el camino.
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