
Se viralizó un video donde un joven rescata a un niño de los dientes de un pitbull, ambos sufrieron varias mordidas, escapando arriba del techo de un auto, la abuela se había caído, se sacudió la ropa y siguió caminando como si no pasara nada, quizá fue el pánico, quizá el dolor de la caída, pero no deja de llamarme la atención su huida indiferente del lugar del hecho, no pidió ayuda, no busco una piedra, no pateó al perro lo que sea para ayudar al menor. Creo que las redes sociales, la virtualidad, en parte nos vuelve lentos de reacción, pasan cosas a nuestro alrededor, y no las entendemos porque nos las googleamos y cuando googleamos nos quedamos distraídos con Facebook, Instagram o whatsapp, (qué casualidad las 3 de una misma empresa) con el calentamiento global, el agua potable, la contaminación nos pasa lo mismo, no reaccionamos ¡todavía el planeta da! ¿Que estamos esperando? que lo solucionen otros como la abuela con su nieto. Poder comprar nos da derechos y quien más dinero posee más derechos pareciera tener, y bajo esta lógica pensamos que nos podemos comprar al mundo, pensamos que los derechos humanos se obtienen de las cuentas bancarias, nos parecemos a Hitler imaginando su gran imperio; los derechos humanos no son de los bancos, de las empresas o de los gobiernos, los derechos humanos son de las personas, por el simple hecho de ser seres humanos, así lo acordamos, porque así nos conviene, el primitivo mundo en guerra lo cambiamos por la convivencia pacífica, por el respeto de los derechos de los demás, los abusos que se cometen deben ser corregidos por la comunidad internacional, cada uno es responsable por lo que pasa en el mundo, el primer paso es tomar conciencia pues ya vimos que los organismos internacionales sin nuestra supervisión se prestan a inclinar la balanza por el más fuerte, convivimos con otros seres humanos que padecen las mismas necesidades, los mismos dilemas, el mismo planeta, somos responsables de las futuras generaciones, como el jóven que salvó al niño, es con los demás con los que encontramos las soluciones a los problemas. Pero no con indiferencia y egoísmo como propone el paradigma neoliberal, sino con diálogo, participación, compromiso, responsabilidad y amistad.
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