Ley de transpariencia
La democracia comete errores, tiene fallas, pero ¿que hacemos para
superarlas? La ley hace a la democracia, pero la democracia hace a la ley. Una
democracia funciona bien si hay transparencia en los actos de gobierno; la
transparencia da confianza, deberíamos poder acceder a la información del
congreso a través de una página web, como tienen en Londres, donde pueden ver
que leyes voto un diputado, cuantas veces hablo en el parlamento, cuánto
gana, cuánto gastó, en que, como es público lo van a pensar dos veces a
la hora de malgastar. Aunque no es una garantía infalible contra la corrupción,
el acceso a la información pública es presupuesto para el ejercicio de los
derechos de participación, por lo que el estado debe garantizar simplicidad,
facilidad y accesibilidad, en los precedentes Urteaga (1998) y Ganora (1999) el
tribunal dijo que el estado debe dar o producir información objetiva. Otra cosa
interesante que tienen en Londres es que la gente tiene contacto directo con
sus diputados, donde pueden contarles sus problemas, sus necesidades, para ver
de qué manera los puede representar en la cámara. Además la gente los quiere
ver en la calle, en el supermercado, en el club de fútbol, porque si no piensan
que se está en la función para sí mismo y no para los demás. Julian Assange,
fundador de Wikileaks, dice que el estado no tiene derechos, los derechos los
tenemos los ciudadanos. Ahora hay personas con mucho poder que pueden acceder a
mucha información del ciudadano, porque cada cosa que hacemos está en internet,
gastos bancarios, información de gps, emails, y la única manera de equilibrar
esto es que la información también baje a la población. La información es
poder, y el poder cuando se atomiza en pocas manos se vuelve una bomba atómica,
que puede hacer mucho daño, por eso hay que lograr un equilibrio en el manejo
de la información, sino el ciudadano queda desprotegido y el la información se
vuelve contra el.
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