Lobo



Las ovejas vivían plácidamente,
aunque no sabían,
que el lobo se había vestido como ellas.

Las ovejas estaban siendo devoradas,
no querían levantar la cabeza,
preferían seguir comiendo pasto.

Las ovejas no se organizaban,
no había mucho pasto,
había que ganarle a la vecina.

Y en el afán de ganar y de no temer,
engordaban placenteramente,
y el lobo también.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Efecto Hawthorne

Comer, coger y dormir

Todo preso es político...