Con Tacto




La tecnología ¿ha aumentado o ha disminuido las distancias entre los seres humanos? Por un lado pareciera que estamos más cerca del otro, sea familiar, amigo o pariente; pero por otro lado la tecnología ha aumentado la virtualidad de las relaciones humanas, en Facebook se puede llegar a tener miles de amigos, para el cerebro la realidad o la ficción pasan desapercibidas. He observado  en un cumpleaños de un adolescente donde los amigos miraban sus teléfonos y no hablaban entre sí; o preparando un evento con un grupo de jóvenes donde el adulto que presentaba las ideas pasaba desapercibido porque los jóvenes no dejaban de utilizar sus teléfonos. En ambos casos  la relatividad de la relación humana estaba presente, porque parece que la tecnología nos hace más cercano con el que esta lejano, y más lejano con el que está cercano. Todo lo que hacemos es comunicación, toda conducta comunica, y por  lo que percibimos es que por un lado la tecnología ha facilitado el acceso a la información y ampliado el espectro de medios para comunicarnos pero por otro lado la soledad sigue ganando espacios frente al monitor y bloqueando el habla frente a frente con un interlocutor. Puede haber amistades virtuales pero nada remplaza lo que es real, sabemos que hay diferencias entre un diamante de verdad de uno de plástico, lo mismo con el oro o una perla, porque nos gusta lo genuino, lo autentico, no es lo mismo tener una pintura de Picasso en casa que una réplica, somos seres sensibles, nuestro órgano más grande es la piel, por eso nos gusta tanto el tacto. Puedes engañar al cerebro pero no a tu corazón, no es lo mismo manejar un auto de rally con una play estación que hacerlo por un camino de tierra como Mauricio Sainz, no es lo mismo boxear contra otro en un ring que hacerlo con un botón, mandar un beso por la cámara que hacerlo piel a piel. Quizá como la película Matrix preferimos más la realidad virtual que la real, porque es más fácil y cómodo correr sentados, resucitar, hablar detrás de un monitor, aceptar el rechazo con un sms, que sentirlo real. Por eso propongo apagar por un rato la tecnología, y salgamos a hablar con el otro, a nadar por el río, a jugar un partido, a jugar con los hijos, apaguemos el televisor cuando estemos comiendo, quizá de lo que se trate es de estar ahí, como dicen los orientales, cuando como, como, cuando leo, leo, y cuando juego, juego. La felicidad en la vida se compone de dos cosas, de como sabemos tratar a los demás y en resolver problemas cotidianos ¿Los nuevos medios de comunicación nos ayudan en ambos? A simple vista pareciera que sí, ya que con la información de la red aumentamos nuestra capacidad para resolver problemas, pero ¿estamos mejorando nuestra capacidad de relacionarnos con los demás? ¿Tenemos más empatía? Parece que no, así lo demuestran los casos de bullying, los problemas sociales y el trato que tenemos para con el otro. Porque los valores son atmosféricos, se respiran, se perciben, se tocan, se escuchan, se aprenden con los sentidos, no solo con la razón o sea, no pueden trasmitirse por sms. La felicidad es una actitud, no un conocimiento, viene de la forma de ver la vida, no de lo que sabemos de ella, se enseña a tus hijos con el ejemplo no con las palabras.

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