Espiando la Verdad
Bradley Manning enfrenta, una
corte marcial por filtrar la mayor cantidad de documentos confidenciales de la
historia de los Estados Unidos. Entregó más de 700 mil escritos de información
clasificada a Wikileaks, con pormenores de las guerras de Afganistán e Iraq,
así como informes diplomáticos que salieron a la luz desde el 2010. “Quiero que
la gente vea la verdad, independientemente de quienes sean, porque sin
información no podemos tomar decisiones serias como ciudadanos... dijo el
soldado en un chat. Es juzgado bajo 22 cargos, que incluyen violaciones a una
ley de espionaje de 1917 y dar ayuda al enemigo, por el que, de ser declarado
culpable podría ser sentenciado a cadena perpetua. Para eso se creó WikiLeaks
de Julian Assange que ha publicado millones de noticias que estaban escondidas
por gobiernos, empresarios y particulares. Sin información no puede haber un
debate serio en los parlamentos, sin información las leyes no pueden tener
buenos fundamentos y se prestan para defender intereses contrarios al orden
republicano de gobierno. El asilo de
Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres cumple un año y podría
permanecer allí hasta que termine el plazo de extradición en el 2022. Pero el
espía más buscado por Estados Unidos en estos días es Edward Snowden, que
filtró secretos de la Agencia Nacional de Seguridad y denunció el espionaje
electrónico masivo estadounidense y británico, que también busca asilo en
Ecuador. Las modernas democracias constitucionales no sólo deben garantizar
reglas claras y confiables para la competencia electoral y el acceso al poder,
sino además deben asegurar un ejercicio transparente de la función pública, de
tal modo que la sociedad pueda conocer y evaluar la gestión gubernamental y el
desempeño de los servidores públicos; en el sentido de que ésta debe cumplir
con la legalidad y puede por tanto ser denunciada por cualquiera de sus
actividades, por cualquier ciudadano y por cualquier institución, siendo el
mecanismo de control de los actos de gobierno. Por ello, tanto Julian Assange,
como Bradley Manning y Edward Snowden, mas que espías son defensores de la
democracia, en todo su derecho, pues sus filtraciones en vez de jaquear la
democracia, la defienden dando a luz actos de gobierno que por cuestiones de “seguridad”
no se dan a conocer, pero que atentan contra la democracia, sus leyes, sus
principios, sus valores y sus instituciones, y que el pueblo tiene el derecho y
la obligación de saber y conocer para tomar cartas en el asunto y no cometer
siempre los mismos errores, como la guerra de Vietnam. La Constitución es la
norma fundamental y los actos que la contradigan deben ser nulos. Los traidores
no son los que denuncian la injusticia, sino los que la cometen.
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