Salvar Selva
La selva paranaense, contiene gran riqueza de biodiversidad, pero como los misioneros solo sabemos sacarle el jugo con la madera, la estamos haciendo aserrín, sin percatarnos que perdemos un banco genético de especies que son parte del equilibrio necesario para nuestra propia subsistencia. Deberíamos hacer un uso sustentable de la madera aplicando enserio la ley Bonasso y la iniciativa presentada en la cámara de diputados mediante la cual proponen que se prohíba, a partir del 1 de enero del 2015, la producción, comercialización y consumo industrial de leña y de carbón vegetal provenientes de bosques naturales, para el cual sería necesario que el gasoducto llegue a Misiones. Se debería hacer un seguimiento de los bonos de carbono, un bono de carbono representa el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono, lo que permite mitigar la generación de gases invernadero, beneficiando a las empresas que no emiten o disminuyen la emisión y haciendo pagar a las que emiten más de lo permitido. La provincia debería incentivar a los productores que dejen remanentes de selva para la conservación no cobrándoles impuestos desde ya. Otra manera es buscando usos alternativos de la selva que ayuden a su conservación a través del turismo, la aventura, el deporte, la medicina natural, la observación de pájaros etc. que podrían traernos beneficios económicos semejantes a los tradicionales, sin la perdida de este patrimonio natural que pertenece a la humanidad y a las futuras generaciones. Tenemos tres pasteras, muchos aserraderos que necesitan más y más madera, miles de hectáreas plantadas con monocultivo de pino para abastecerlos; la selva pareciera estorbar el progreso, cuando debería acompañarlo. Nuestro cuerpo tiene el mismo porcentaje de sal que el mar, lo que demuestra el equilibrio que hay con la naturaleza, no respetarlo es igual a comer más sal de lo necesario. El aumento de la temperatura, de las lluvias, las sequías y los vientos con el calentamiento global nos obliga a plantearnos un uso razonable de la selva, dejando atrás la mirada devoradora de la revolución industrial. La selva junto al mar son la fábrica de oxigeno del planeta tierra, son el aire acondicionado del ambiente, ya que absorben el calor y los rayos uv. Si no cuidamos el mar y la selva generamos un desequilibrio que la misma naturaleza a la fuerza volverá a imponer. La selva es la obra maestra del creador, donde sacamos tantos inventos para nuestro esplendor, si la conservamos, nos conservamos.
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