Cuando protestar se vuelve delito: represión a jubilados y una Constitución arrasada
Esta semana, frente al Congreso Nacional, se vivó una postal dolorosa para cualquier democracia. Jubilados, acompañantes solidarios y periodistas fueron reprimidos con violencia mientras ejercían un derecho básico: reclamar. No se trató de un hecho aislado ni de un exceso puntual. Fue un operativo planificado, con más de 900 efectivos de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal, que utilizaron gases lacrimógenos (muchos lanzados directamente al rostro), golpes y detenciones arbitrarias. Entre los afectados hubo adultos mayores, periodistas como Rafael Palavecino (C5N) y militantes sociales como el Padre Paco. Detrás de los uniformes y los escudos hay una pregunta incómoda: ¿puede un gobierno democrático actuar así sin romper la Constitución? La Constitución Nacional Argentina no solo permite protestar: lo garantiza. Artículo 14: Todos los habitantes pueden "peticionar a las autoridades" y "publicar sus ideas por la prensa sin censura previa". Artículo 19: Protege...