La derecha edipica
El autoritarismo está emparentado con la
derecha, cuál es el factor psicológico que hace que los ciudadanos de clase
baja o media voten a la derecha, incluso cuando afecta a sus propios intereses
y negativamente en su calidad de vida. Por algunos casos aislados que he podido
considerar, es la falta de padre en la infancia o de padre presente pero
autoritario, que hace que el sujeto se identifique con alguien fuerte y
poderoso que brinde seguridad y le quite la angustia de elegir, de pensar por
sí mismo y de la culpa por las secuelas que genera las políticas neoliberales.
La derecha justifica moralmente sus desmesuras con la meritocracia, el
individuo vota a la derecha pues ve en ella al padre de la infancia que
establece los parámetros por los que debe conducirse o representa ese padre que
no estuvo y la necesidad de su autoridad. La derecha la conforman los sectores
ricos y poderosos de la sociedad, por lo que muchos prefieren identificarse con
ellos ante que con los pobres y menesterosos. Tanto el calentamiento global
como la polarización social que señala Oxfam, demuestran lo patológico de
nuestras sociedades. Los adultos posmodernos con adolescencias prolongadas
necesitan que le digan lo que está bien o lo que está mal, identifican en un
líder la necesidad de llenar este vació que dejo la infancia o quizá la
orfandad teológica con la que siempre guió su ética. Además está trabajado
desde un dualismo moral, un maniqueísmo contemporáneo, por los medios de
comunicación, que establecen buenos y malos, he identifican estos valores en
personas públicas a su interés, pueden hacer de un santo un delincuente y
viceversa, así todas las cosas buenas hechas por los victimarios de la prensa
mercenaria, son tiradas a la basura con solo un susurro, no hay términos medios,
no hay grises, no hay realidad donde se vive en la fantasía. La gente busca
oasis en espejismos creados por la televisión, y se deja engañar porque la
ansiedad por creer en algo, le hace creer cualquier cosa, y el facilismo de ser
pensado antes que pensar, de ser interpretado antes que interpretar, una
existencia inauténtica incapaz de reflexionar, así se distorsiona toda
realidad, pero ante los hechos no hay argumento y ante los números no hay
sofismas, al árbol se lo conoce por sus frutos y a los políticos por sus
resultados.
Comentarios
Publicar un comentario