La Isla Dividida
Había una vez cinco náufragos que llegaron a una isla, como uno era un gran comerciante logró convencerlos, con dinero que llevaba encima, para comprarles un cuarto del total de la isla. No pensó que al tener más de la mitad de la tierra, a los otros náufragos no les alcanzaría para autoabastecerse, además de que él se había quedado con la parte que poseía el agua potable. Hasta que los otros náufragos le empezaron a pedir alimento, como había aprendido que trabajar es la única manera de ganarse la vida, los empleó en sus huertas para que siembren y cosechen, pero como solo pudo dar trabajo a dos, pronto los otros dos que quedaron fuera le reclamaron trabajo, como no tenía más trabajo tuvo que poner a fabricar objetos que le hacían falta para vivir más cómodamente. Pero cuando produjo todos los elementos que necesitaba, quedaron desocupados y sin tierra para sobrevivir, por lo que empezaron a robar de las plantaciones, por lo que tuvo que contratar a uno de ellos como guardia de seguridad, el que le estaba permitido golpearlos para reprimir sus protestas. Evitó que le roben pagandoles con una ración de alimento diario de esta forma logró contenerlos para que no intenten atentar contra su propiedad, sus bienes y su seguridad. Los hizo sentir culpables de su situación convenciendolos de que ellos habían elegido libremente ese destino y para que quieran superarse le enseñó a pensar que así es la vida, unos nacen con estrellas y otros estrellados, además les hizo un altar donde podían venerar a algún posible barco de rescate que los saque de la maldita isla. El siempre supo que esas aguas estaban lejos de las rutas de los barcos, por lo que aprovecho para comprar con el dinero que tenía la tierra, pues sabía que el dinero no se puede comer. Les compró la parte que les correspondía por naturaleza, con la que podrían haber vivido más justamente, pero él creía que la justicia es cosa de débiles. Supo que si tenía la tierra, tenía el poder, podría gobernar la isla fácilmente y así sacar provecho para sí, sin amigos pero con poder. Que si subsidiada la pobreza podía seguir manteniendo la riqueza. Si los convencía de que cada uno tiene lo que merece, algún día podría llegar a ser el dueño del mundo.
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