Tres sucidios altruistas, un lujo de una sociedad egoísta

Durkheim decía que el suicidio siempre tiene un origen coyuntural, en este bicentenario quisiera recordar tres suicidios que en parte la corrupción de este país ha provocado. Leandro N. Alem escribió "Yo no doblego mi cabeza en la batalla" en 1859 combatió en Cepeda y luego en Pavón en pos de la unidad nacional; prestó servicios durante toda la Guerra del Paraguay. Fundador del partido Radical, en 1871 fue elegido diputado de la legislatura provincial de Buenos Aires. Leandro Alem se suicidó el 10 de julio de 1896, dejando una carta a sus colaboradores en la que atribuía su acción a la traición de su partido. ¡Sí, que se rompa, pero que no se doble! … Lisandro de la Torre, el político que enfrentó en soledad la corrupción y los negociados de la década infame, participó en 1891 en la conformación de la Unión Cívica Radical, apoyo alzamiento de los hombres de Alem contra el fraude y la corrupción del régimen. Por el pacto Roca–Runciman, Inglaterra sólo se comprometía a seguir comprando carnes argentinas siempre y cuando su precio fuera menor al de los demás proveedores. En cambio, la Argentina aceptó concesiones deshonrosas: liberó los impuestos que pesaban sobre los productos ingleses y se comprometió a no permitir la instalación de frigoríficos argentinos. De la Torre probó cómo se ocultaba información contable en cajas selladas por el Ministerio de Hacienda y demostró hasta dónde llegaba la impunidad de los frigoríficos ingleses tras la firma del pacto Roca-Runciman. En un intento por asesinarlo, matan a su compañero de banca y se dio por terminado el debate. De la Torre presentó su renuncia al Senado y se retiró a su casa, al mediodía del 5 de enero de 1939, puso fin a su vida disparándose un balazo al corazón. Al igual que el cardiocirujano René Favaloro a los 77 años se disparó un balazo en medio del corazón, el creador de la técnica del bypass coronario, que salva miles de vidas. Dejo una carta antes de suicidarse, estos son unos fragmentos: …. está claro que mi regreso a la Argentina se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces….En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada)….Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía…. debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza)… En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer. Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla….El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano. Durkheim hablaba de varios tipos de suicidios; el suicidio altruista, característico de sociedades con alto grado de integración social, el individuo se suicida por su sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella, un claro ejemplo son los kamikazes. A 200 años de la revolución de mayo, no permitamos que individuos que han hecho y hacen mucho por la patria se quiten la vida porque otros cínicos no dejan dinero para ayudar al abuelo, al niño, al enfermo.

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